Humor y complicidad con el espectador / Télam, 26/03/2012


“Humor y complicidad con el espectador”


Lunes 26 de Marzo de 2012, Agencia Télam



El grupo El Bachín Teatro vuelve a seducir al espectador con "La gracia de tener", escrita y dirigida por Manuel Santos Iñurrieta, que a través del absurdo y una ajustada puesta logra efectivos momentos en el Centro Cultural de la Cooperación.
Con la acción ubicada durante la presidencia de Arturo Frondizi, opone la efervescencia cultural y revolucionaria que llega de otros países con la opacidad de aquella Argentina tutelada, en los años 60, por sus fuerzas armadas y el área eclesiástica.
Hay una familia presuntamente oligárquica que tiene una seria caída económica y decide convivir dentro de su propia mansión con un elenco de circo, mientras un Onganía de pacotilla intenta sembrar su cizaña en camino al poder.
La cosa tiene su gracia porque el absurdo es constante, los diálogos ofrecen un vitriolo lleno de complicidad y se hace gala de una incorrección política que permite desembuchar conceptos muchas veces no dichos pero pensados por el medio pelo.
Aparece la vana ostentación de la clase pudiente, la mentira, la violencia política, pero también hay lugar para que los humildes -veladamente peronistas-, enuncien verdades que en boca de la sirvienta compuesta por Carolina Guevara resultan desopilantes.
La seducción comienza con las proyecciones de los personajes en una pantalla negra que remata el pequeño escenario y prosigue con el tono de feria, con presentador incluido (Jorge Tesone), narices de payaso, y con ese elenco de voces y físicos entrenados en la farsa, de parejo rendimiento y conocedor de su público.
Allí están también Julieta Grinspan, eficaz en un papel masculino, Marcos Peruyero -el simbiótico protagonista de "Mariano Moreno y un teatro de operaciones"- como el otro tilingo, Jerónimo García como el proto Onganía, Diego Maroevic como el sometido edecán, y el propio Iñurrieta como un ubicuo comediante de finos recursos.
Elenco posiblemente único en el panorama teatral porteño, El Bachín es una cooperativa teatral con 12 años de vida pero también una escuela donde se venera el nombre de Bertolt Brecht y que mantiene una postura ideológica muy clara.
En épocas en que el teatro épico es casi desconocido por los elencos jóvenes, abocados muchas veces a ejercicios bellos pero herméticos, El Bachín está anclado en una propuesta política, ideológica y estética que es su marca en el orillo.
En su haber se cuentan piezas también estrenadas en el CCC, como "Siberia", en 2003, "Charly, detrás de la sonrisa", "Lucientes", "La comedia mecánica", "Crónica de comediante", "Teruel y continuidad del sueño" y "Mariano Moreno y un teatro de operaciones".
Varias de ellas fueron mostradas en festivales de teatro de Cuba y Brasil, además de otros de cabotaje, y consiguieron varios premios de la crítica especializada, entre ellos para Iñurrieta y Carolina Guevara como Actriz Revelación.


por Héctor Puyo

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