Verdad e ideología, por el bachín

La Nación / Espectáculos / Jueves 11 de noviembre de 2010
Por Pablo Gorlero

Nuestra opinión: Muy Bueno.

El Bachín Teatro es, sin duda, uno de los principales grupos del teatro independiente argentino no sólo por su trabajo de reconstrucción de un teatro ideológico y político, sino también por la rigurosidad con la que llevan a cabo sus producciones. A partir de dramaturgias impecables y hasta eruditas, el grupo que dirige Manuel Santos Iñurrieta indaga -fundamentalmente- en todas las posibilidades del teatro épico. Lucientes o La comedia mecánica parecen haber sido escritas por Bertolt Brecht. Sin exageraciones.
La historia y la política pueden con ellos. Esta vez tomaron episodios vinculados con el nacimiento de la patria, en consonancia con el Bicentenario. Y para hablar de ideales, de gente que hizo la historia, de muertes prematuras y de rivalidades, es perfecta la figura de uno de los grandes revolucionarios civiles: Mariano Moreno. Claro que al tratarse del Bachín no hay que esperar ni una biografía ni la representación emotiva de la realidad. El distanciamiento está puesto desde la mismísima representación de la representación. En esta propuesta, un grupo de teatro se propone contar la vida de Mariano Moreno, pero un director autoritario, caprichoso e ideológicamente cuestionable pone múltiples trabas a la concreción del proyecto, al tiempo que fuerzas sociales opositoras a la figura de Moreno no quieren que se cuente la gesta de Mayo a partir de su figura.

Santos Iñurrieta es un gran dramaturgo. Sus textos son relatos para ser escenificados pero contienen una poética propia que los sensibilizan. Hay fragmentos y monólogos que el espectador sentirá deseos de leer, luego de escucharlos en boca de alguno de esos magníficos actores que integran la compañía. Y cuando hay verdad la letra compromete. Y esa verdad es el alimento del que se nutre el Bachín.
Según su ideología, el espectador se sentirá movilizado y sacudido desde distintos ángulos. Mariano Moreno y un teatro de operaciones habla de actores y de espectadores, de traiciones y revoluciones, de la transformación de los individuos. Por su parte, Marcos Peruyero, Carolina Guevara (qué actriz inmensa), Julieta Grinspan y Jorge Tesone realizan trabajos sublimes.

Pablo Gorlero
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1323502

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