La historia, una comedia muy seria

Tiempo Argentino / 21 de Agosto de 2010
Por Mercedes Méndez

Calificación: Muy Bueno.

En Mariano Moreno y un teatro de operaciones hay un despliegue de estéticas teatrales que combinan la innovación con la vuelta a las corrientes más tradicionales. Un viaje para entender hasta dónde el pasado repercute en el presente.
Una mirada distraída al escenario anticipa que Mariano Moreno y un teatro de operaciones busca ser una combinación de estéticas teatrales dirigida a un espectador atento a cada escena que le muestren. Mientras el público se acomoda en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, uno de los actores acompaña la espera con su guitarra, otra actriz canta y desde el fondo se escuchan las teclas de una máquina de escribir. La puesta será introducida como si la gente estuviera en el cine: una pantalla presenta al grupo El Bachín teatro y una voz en off (la de Patricio Contreras) comienza un relato sobre la historia argentina. Desde la oscuridad y sostenido en una estructura de hierro, con una postura similar a las figuritas de la revista Billiken, aparece Mariano Moreno (Marcos Peruyero), que inicia un discurso solemne sobre sus ideales. Pero en esta pieza, la solemnidad se abandonará rápido y los actores harán un viaje que irá desde el teatro épico dialéctico de Bertolt Brecht, pasará por Beckett y llegará al humor desopilante, con herramientas del grotesco y el varieté. Todo, con guiños constantes a la actualidad.

El texto y dirección de Manuel Santos Iñurrieta es un despliegue de teoría teatral y evidencia la preparación del director. La puesta funciona como un metalenguaje: es teatro dentro del teatro. El espectador se encontrará con la historia de un grupo de actores que quieren hacer una obra sobre Mariano Moreno. En el camino, tendrán discusiones ideológicas, de presupuesto y hasta se enfrentarán con un director autoritario, que piensa más en los premios que podrá obtener con la puesta que en el contenido. Mientras esto sucede, el espectador será interpelado de forma constante: los actores le explican al público la teoría del distanciamiento de Brecht y cómo se busca lograr una mirada crítica a través de la imposibilidad de identificarse con el personaje.
A medida que la obra se construye y una multitud se junta en las afueras del teatro para protestar por la renovada lectura que se ha hecho de la historia, los actores asumirán roles que dejan en evidencia el discurso intolerante que aún se escucha en la sociedad. Se oyen las frases "el que mata tiene que morir" o "algo habrán hecho". A la salida, la gente tendrá muchas respuestas a una pregunta recurrente: ¿Qué tiene que ver Mariano Moreno con todos nosotros?.

Mercedes Méndez
http://tiempo.elargentino.com/notas/historia-una-comedia-muy-seria

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