Él y ella / El Caleidoscopio de Lucy / 13-05-13

Por Daniel Gaguine,
para elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com.ar/

La luz está apagada. Aparecen textos de Alfonsina Storni, El Che Guevara y Jorge Luis Borges, contra el escenario. Se lee y es inevitable emocionarse. Allí se aprecia que El Comediante no está solo pero si, espera….que se duerma una bebita, de nombre Carmela, asi puede escribir una escena de su espectáculo a presentarse. 

A partir de esta premisa, el Comediante –personaje pergeñado por Manuel Santos Iñurrieta que ha utilizado en varios espectáculos de El Bachín Teatro-, irá creando a través de textos de gran calidad, viajes a través del tiempo y el espacio, donde la poesía y la política se darán un abrazo fraternal, pero sin caer en panfletos o moralinas. Los deseos y los ideales de lo que el propio Comediante desea plasmar en el papel se entremezcla con ese legado que desea dejarle a Carmela, basado en el amor, el respeto, la poesía y la posibilidad de viajar con los ojos cerrados, y la ilusión y el corazón como motores de esa aventura. Por eso, podrán llegar los dos a la Luna y toparse con Neil Armstrong o quedarse en la Tierra y ver como el lugar que habitan, se va transformando en un campo de batallas entre los “monos” (cualquier guiño con la realidad podría ser cierto….aunque también habían aparecido en otras puestas de El Bachín) y quienes aun creen en los hombres. 

Con guiños a Tato Bores –con monólogo incluído- y una neta influencia que va desde Chaplin o Buster Keaton hasta Brecht, el viaje que realizan El Comediante y Carmela será directamente al corazón y al alma del espectador. Desde el momento en que el texto combina en igual medida la crítica ácida y los sentimientos más nobles, no es extraño encontrarse en algún momento desarmado frente a lo ocurrido sobre tablas. Porque el pasado no es pisado ni debe olvidarse sino, por el contrario, tomarse para crear un presente mejor y un futuro lleno de expectativas asi como de posibilidades de mejoras o cambios. 
El tamaño de la sala enmarca de manera quirúrgica a la puesta, a través de una especie de un pequeño cerco de luces, donde estará el pupitre donde trabajará el Comediante y una cuna vieja, con ese ruido tan característico que realiza al desplazarse, que brinda esa impronta de romanticismo y autenticidad artesanal. En ese marco, aparecerá la Luna, el solo, los monos, una maquina de escribir y todo un mundo de sensaciones que confluirán en una puesta para ver más de una vez. 

“Mientras cuido de Carmela” tiene la mixtura exacta de sensibilidad y realismo político que permite salir de uno para entrar a otro, con la sensación de un viaje al interior mismo de los propios sentimientos. 


por Daniel Gaguine
http://elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com.ar/2013/05/mientras-cuido-de-carmela-teatro.html


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